miércoles, 24 de octubre de 2012

DÍA DE LA BIBLIOTECA



¡Venid, venid todos! Bebés y niños, chicos y chicas, jóvenes y adultos de todos los orígenes, de todas las edades y de toda condición. ¡Venid a la Biblioteca! Entrad en este inmenso y hermoso jardín, multicolor y polifónico, donde crecen las más hermosas flores de la cultura humana: todo lo que sabemos y todo lo que imaginamos los seres humanos, las crónicas y los sueños, las batallas y los carnavales, las fiestas y los duelos... todo está aquí recogido y bien clasificado en sus estanterías, accesibles para que vosotros disfrutéis del placer de la lectura.

Entrad con alegría pero con respeto. Recorred sus amplias avenidas con ricas arboledas, sus acogedores senderos bordeados de exuberantes rosaledas con las más hermosas rosas, deambulad por las pequeñas veredas que os llevarán a escondidos rincones donde crecen plantas raras pero de deliciosas flores. Os encontraréis allí con otras muchas personas amigas que, como vosotros, disfrutan de las bellas palabras, de las sugerentes imágenes, de los evocadores sonidos.

Entrad y valorad el trabajo de estos jardineros esforzados, hombres y mujeres responsables de la Biblioteca: ellos riegan la sabiduría de lo sembrado en sus estantes, podan con cuidado las horas de silencio, remueven la tierra del pensamiento con recomendaciones y propuestas, abonan la imaginación con actividades inesperadas... y siempre, siempre, están ahí, bajo el sol abrasador y bajo la lluvia, esperando que las palabras florezcan, y que nosotros seamos portadores de las semillas que aventan cada día las páginas de los libros que atesora su biblioteca. Aprended de ellos el amor por los libros y montad en vuestra casa vuestra propia biblioteca: por muy pequeña y modesta que sea será vuestro jardín y os llenará de olores, de sugerencias, de ideas,de sensaciones, que os harán sentiros llenos de gratitud, cercanos a esas personas, escritores e ilustradores, que contaron bellas historias para vosotros, de creadores que os hablaron de su mundo, de todos los mundos, para que vosotros os atreváis a mirar todos los horizontes y, al hacerlo, también os atreváis a mirar dentro de vosotros mismos para buscar vuestros más íntimos sentimientos, vuestros valores más auténticos.

Venid hoy y venid todos los días que os sea posible a este hermoso jardín siempre florido, siempre acogedor, siempre pleno de sabiduría, de placer, de solidaridad, de respeto, de belleza...


José María Gutiérrez de la Torre
Presidente de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil


lunes, 22 de octubre de 2012

MO YAN, PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2012



Mo Yan nació en Gaomi, un poblado costero de la provincia china de Shandong, en 1955. Dejó la escuela durante la Revolución Cultural para trabajar en una fábrica, y, posteriormente, se alistó en el Ejército Popular de Liberación. Su nombre significa en castellano “no hables”, pero realmente es un seudónimo, porque su verdadera identidad se corresponde con el nombre de Guan Moye.

Entre sus escritos están Lluvia en una noche de primavera, El rábano transparente, Grandes pechos, amplias caderas, Las baladas del ajo, La vida y la muerte me están desgastando, La República del vino y Sorgo Rojo.

En sus novelas se entremezclan la agitada historia de la China del siglo XX con los ritos y tradiciones de las zonas rurales y el alma del pueblo chino, mediante un lenguaje realista, mágico, descriptivo, humanista y satírico.

En Occidente es conocido, principalmente, por la adaptación cinematográfica de una de sus novelas, Sorgo rojo, que llegó a la pantalla grande bajo la dirección de su compatriota Zhan Yimou. (Fuente)


Todos los autores galardonados con el Premio Nobel de Literatura aquí.


martes, 16 de octubre de 2012

OTOÑO



OTOÑO

Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.

Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!

¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!

En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.


Juan Ramón Jiménez