jueves, 21 de mayo de 2015

DÍA DEL LIBRO - RESUMEN DE ACTIVIDADES

Actividades llevadas a cabo con motivo del Día del Libro:


23 DE ABRIL
Recital poético y musical y entrega de premios del XXII Certamen Literario organizado por el Departamento de Lengua Castellana y Literatura:

Alumnos participantes:
- Paloma Domínguez Sánchez
- Mª del Carmen Santana Cisneros
- Esther Cañas Arcos
- Silvia Comas Jiménez
- Javier de Molina Mejías
- Rocío Santana Cisneros
- Francisco Lara González
- Valentina Lois Araujo
- Estela Yao Vega
- Daniel Bermúdez Yáñez

Alumnos ganadores:
CATEGORÍA A: Javier de Molina Mejías
CATEGORÍA B: Valentina Lois Araujo

Acompañamiento musical a cargo de Paula García, que interpreta los temas:
"Voi che sapete", Wolfgang Amadeus Mozart.
"O del mio dolce ardor", Christoph Willibald von Gluck.


Lectura por parte de Pedro Plaza de algunos de sus poemas:

Lo relativo
Eres discontinua como yo y como todos.
Eres la luz que forman las sombras oscuras,
el espacio lleno que conforman los espacios vacíos.
Eres el sueño aislado de mis mil pesadillas,
eres la presencia que dejan tus ausencias;
eres la parte total de mis partes incompletas.

Las razones del Lobo
Porque me importa si acaso te importa,
porque a menudo el tiempo se hace largo,
porque pensarte no me sabe amargo,
porque la distancia es ya muy corta;

porque besarte aún me reconforta,
porque eres un futuro sin embargo,
porque esperarte es para mí el encargo
a plazos que hoy la vida me exhorta;

porque en mi corazón no hay demora,
porque Amor es un loco fugitivo,
porque naufragamos de lado a lado

en este mar sin espacio, sin hora;
porque sin quererlo me has atrapado,
porque muriendo me haces estar vivo;

por eso, amor, en la primera cita
el Lobo devoró a Caperucita.


Porque no hay mañana
Cada aliento puede ser
el primero, quizá el último.
No hay nada más allá
de tus ojeras, ¡despierta!
Devora la piel del mundo,
no dejes para mañana
los besos que son de hoy,
disfruta del día bello,
goza de la noche sublime:
carpe diem, carpe noctem!
Haz algo políticamente
incorrecto e inadecuado,
ve a los parques sin infancia,
bébete las madrugadas
y asómate a los abismos.
Ya sabes al fin que el miedo
solo es querer estar vivo,
cualquier jardín es pequeño
cuando escribes en renglones:
«Virgo, rosas collige omnes».
 
La Chanson du Seigle
Sales… Corres… Escapas. Coges tu ansiado vuelo,
el que te llevará esta vez a la Francia.
Recuerdas los Estados Unidos y de nuevo
te aferras al dragón de acero. Al fin marchas.

Después de tantos fines de semana de invierno
y tras un largo verano acarreando garrafas
o abonando la huerta recibes ahora el premio,
y lo agarras con tus tristes manos rasgadas.

Piensas en todo, en nada. Vas y vienes ajeno
y perdido en tu libro, recorriendo sus hojas:
El palacio de la luna, sus mejores deseos.
El pájaro despega, vuelven las mariposas.

Ah, son pero no son porque ya no tocas el suelo,
son pero no, no son porque pasan las horas;
son sin duda por ella, la Chica del Centeno,
quien hace hermosa y posible cualquier cosa.

La adolescente de la melena pan de oro,
la mujer de los ojos color oliva y miel,
la princesa con la linda nariz de gnomo
y los labios ardientes hasta el amanecer.

La de las manos llenas de mil pétalos rojos,
la de la piel de nácar y el dulce, dulce té.
La que conocí no sé muy bien por qué o cómo,
esa persona que siempre y siempre soñé.

Ella, que escucha la música de Mark Knopfler,
de Los Beatles, de Guns Nʼ Roses y otros más;
que adoró al igual que yo en su día al buen Holden
y que tiene por hobby los libros devorar.

Ella, a quien ya echo de menos cada fría noche,
con quien vería La vida es bella en el sofá,
quien ha logrado que en mi corazón brote
un reloj de bolsillo con una cuenta atrás.

Sí, nace un sentimiento profundo, intenso, fuerte,
te escribes a ti mismo en busca del sentido
y del gran sinsentido de no verla si quieres.
Todo el tiempo que pueda desea estar contigo.

Andas por la Bretaña, por sus praderas verdes,
por sus calles de piedra y sus vivos caminos,
y en cada ciudad que pisas buscas alegre
postales que tendrán Madrid como destino.

Y vuelvo a la primera persona, soy este hombre:
un escritor, un poeta, un músico, un viajero.
Soy quien le da este poema para que ella lo tome
y lo guarde consigo en el lugar eterno.

Decía así la canción: «En París cada torre,
cada edificio, cada casa, cada azul cielo
llevará escrito con tinta de flor tu nombre.
Mil besos, nada más. Y siempre entre el Centeno».

Sonnet à la dame de Saint-Supéry
(«On ne voit bien qu’avec le cœur»)
Tiene ella las muñecas muy delgadas,
mis anillos son como sus pulseras.
Sus dedos trazar deben carreteras
en los abismos de las madrugadas.

Para todas las almas averiadas
el universo acaba en sus caderas,
se apagan constelaciones de esferas
cuando impacta y derrite las heladas.

Una dama de alta alcurnia francesa
se pasea hoy entre mis palabras,
del Principito es la Rosa y Princesa

que piruetea por celestes abras.
Mientras la sueñan miles de poetas
sueña dormida en miles de planetas.

 

29 DE ABRIL
Conferencia de Esther Cruces Blanco: CONFLICTOS Y DESTRUCCIÓN DE ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS